Creada por Agustín de Iturbide en 1821 para el Ejército de las Tres Garantías, esta bandera es una representación directa de los tres ideales principales establecidos en el Plan de Iguala. Cada franja de color vertical representa uno de estos pilares, mostrando que la independencia no fue solo una lucha, sino un acuerdo:
Blanco: Religión.
Simboliza la pureza de la Fe y la defensa de la Iglesia Católica como la única religión de la nueva nación. Era un elemento de cohesión fundamental para la sociedad de la época y una garantía para la facción realista.
Verde: Independencia.
Simboliza la separación de la Corona Española y el nacimiento de un Estado soberano e independiente. Es la meta principal de la larga guerra.
Rojo: Unión.
Simboliza la unidad de todos los habitantes del naciente imperio. Esto incluía la igualdad de derechos y la paz entre los americanos (criollos) y los europeos (españoles), poniendo fin a las divisiones raciales y sociales que habían alimentado la guerra.
El diseño original incluía tres estrellas doradas en las franjas, enfatizando que cada color era una garantía ofrecida a la nación.
La alegoría más profunda de la Bandera Trigarante es que fue la bandera de la reconciliación antes de ser la bandera de la victoria total.
Representa el momento en que las fuerzas opuestas, los insurgentes que luchaban por la libertad y los realistas que defendían al rey, pudieron dejar de lado sus diferencias para encontrar un objetivo común. Los colores eran una promesa solemne de que la nueva nación no excluiría a nadie, y que los tres valores esenciales—fe, soberanía y convivencia—eran el único camino viable hacia la paz.
En esencia, la bandera del Ejército Trigarante es el poderoso símbolo de un acuerdo histórico: la guerra civil terminó cuando se encontró una visión compartida de futuro.
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