BATALLON DE SAN PATRICIO

IRLANDA

La bandera tradicional de Irlanda consiste en un arpa dorada sobre un fondo verde. Esta era la bandera nacional histórica de Irlanda antes de que acabase siendo substituída por la Tricolour durante principios del siglo XX.

El color verde estuvo tradicionalmente asociado con Irlanda y con su aspiración de autogobierno y soberanía, y el Arpa es un símbolo heráldico irlandés cuya referencia más antigua aparece en una moneda irlandesa del siglo XIII.
 

DOMINIO BRITANICO

A partir de la llegada de la dinastía Estuardo a los tronos de Inglaterra e Irlanda en 1603, el escudo de armas real comenzó a mostrar el arpa irlandesa representando al Reino de Irlanda.

BATALLON DE SAN PATRICIO

Que los irlandeses integraron un batallón bajo el nombre de "San Patricio", el cual combatió con su propia bandera: un lienzo verde que recordaba el color de Irlanda, el escudo nacional mexicano, la imagen de San Patricio y las palabras "Erin Go Braugh" (Irlanda por Siempre). El Batallón se conformó por la artillería y desempeñó posiciones clave durante la guerra. Entre las batallas libradas en el norte de México, el Batallón peleó en Palo Alto y La Resaca de la Palma; en la batalla de Monterrey, la batalla de La Angostura y en la ciudad de México, en la defensa del Convento de Churubusco, habilitado como fortaleza para la defensa de la capital del país. 
El color verde simboliza el nacionalismo patriótico irlandés de los celtas gaélicos nativos de Irlanda que son católicos. 
ANTES DE MORIR

Otro de los dirigentes del batallón irlandés, Barry Fitzgerald, durante el Consejo de Guerra señaló: “Los soldados de San Patricio no esperamos clemencia por parte de ustedes. La muerte honra cuando la vida se entrega por una causa justa. Quiero aclarar a la defensa que no fuimos seducidos como se trata de hacer creer. A una mujer se le seduce [...] a un hombre se le convence. El Batallón de San Patricio está formado por patriotas de Irlanda, por hombres que hemos sentido en nuestra tierra, en nuestra carne, el brutal atropello y el descarado despojo del que abusa de su fuerza. Fuimos engañados, sí, pero por el ejército norteamericano que nos alistó en sus filas asegurándonos que los Estados Unidos eran víctimas de una agresión por parte de los bárbaros. Ese fue el engaño [...] porque el pueblo llamado bárbaro era débil y no atacaba, sino que era agredido. Incendiaba sus pueblos, destruía sus hogares y salía con sus mujeres y sus hijos a luchar por los caminos antes que rendirse o entregarse […] ese valor fue el que nos sedujo a los irlandeses, el que nos recordó que nuestro pueblo era víctima también del sátrapa y del malvado inglés. Su fervor, su fe católica nos unía a ellos en esta infame conquista que será un estigma para los Estados Unidos. “

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