Recibe su nombre en honor de Aquiles Serdán, iniciador de la Revolución mexicana en el estado de Puebla. Su cabecera es el pueblo de Santa Eulalia, uno de los más antiguos del estado y que hasta 1995 también se denominaba oficialmente Aquiles Serdán, pero a partir de esa fecha recuperó su nombre original. El escudo del municipio esta íntimamente ligado al monumento del minero que existe en dicha localidad, ambos datan de diciembre de 1988. Está resuelto en campo español, dividido diagonalmente por una cenefa de hojas de encino, que va del vértice inferior izquierdo al superior derecho; cenefa que se repite sobre los lados izquierdo, derecho e inferior y representa la flora primitiva de la región. En el cuartel superior aparece el roble sagrado de los vascos, con dos lobos rampantes, alusivos al hecho de que estas tierras pertenecieron a la Nueva Vizcay
El cuartel inferior contiene como blasón una Torre con un Malacate de minas, en clara alusión a la minería.En la parte superior del escudo se incluye una Corona, para recordar que estas tierras, en otra época pertenecieron al reino de España. En la parte inferior, un pergamino que contiene el año del primer denuncio minero.
Su autor Rubén Beltrán Acosta
incluyó un listón con el nombre de la fundación del real de San Francisco de
Cuellar, tal como aparece en el acta
Para este municipio se realizo un blasón aludiendo a la
santa por lo cual lleva el nombre y al iniciador de la revolución Mexicana. La
leyenda, de la que se tiene constancia a partir del siglo VII, se remonta a la
época romana. Según la tradición cristiana, Eulalia fue una niña, educada en el
cristianismo, que vivió en las afueras de la ciudad de Barcino (Hispania), en
lo que hoy es Sarriá, a finales del siglo III. Con 13 años, durante el período
de persecuciones a los cristianos del emperador Diocleciano (284-305 dC),
Eulalia se escapó de su hogar y fue a buscar al gobernador de Barcino para
recriminarle las represiones. El gobernador, ante la negativa de la niña a
renunciar a la fe cristiana, la condenó a trece martirios, tantos como años
tenía.
Comentarios
Publicar un comentario