La heráldica es la ciencia del blasón (según la RAE, blasón se define como el «arte de explicar y describir los escudos de armas de cada linaje, ciudad o persona»). Es también un campo de expresión artística, un elemento del derecho medieval y de las dinastías reales hasta nuestros días. Más recientemente, ha sido admitida dentro de las ciencias anexas de la historia junto con la diplomática, la falerística, la sigilografía y la vexilología.
Se desarrolló durante la Edad Media en toda Europa hasta convertirse en un código coherente de identificación de personas, progresivamente incorporado por estamentos de la sociedad feudal como la nobleza y la Iglesia católica para la identificación de linajes y miembros de la jerarquía, siendo igualmente adoptado por otros colectivos humanos, como gremios y asociaciones, además de ser adoptado para la identificación de ciudades, villas y territorios.
La heráldica tal como se la entiende en la actualidad, fue desconocida en la Antigüedad. Sin embargo, desde la Edad del Bronce existieron emblemas que identificaban a dioses, naciones e individuos. Primitivamente, el escudo solía reproducir el cuerpo del guerrero conteniendo la transcripción de los tatuajes que conmemoraban sus hazañas y éxitos, o los colores, enseñas, signos o estandartes con que se pintaban, vestían o presidían para distinguirse en la batalla del enemigo y no ser confundidos con él.
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